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Héctor Moctezuma de León
Si usted vive en el centro del país y recibía su servicio de energía eléctrica por conducto de la empresa Luz y Fuerza del Centro, desaparecida por instrucciones de Felipe Calderón el 11 de octubre del 2009, seguramente que no ha visto ningún cambio, por el contrario empeoró.
En los últimos días, los capitalinos, los mexiquenses, los que viven en los estados de Hidalgo, Puebla y Morelos siguen padeciendo las consecuencias de la operación del servicio por manos inexpertas que improvisó la Comisión Federal de Electricidad a raíz del decreto de extinción de la empresa LyFC decretado por Felipe Calderón Hinojosa.
Para operar la empresa que presta el servicio de energía eléctrica en el centro del país, el gobierno federal echó la bolita a la CFE, empresa responsable en el resto del país, misma que nunca estuvo presente en la zona.
CFE a cargo de Alfredo Elías Ayub se comprometió a dar un mejor servicio, pero los resultados han sido al contrario, ni mejoró, ni bajaron los cargos y si en cambio a los habitantes de la zona en donde la LyFC operaba, se les han incrementado y con ello los apagones y el costo del suministro.
Se trata de una decisión arbitraria que perjudica a millones de mexicanos que habitan en esos lugares y que ahora reclaman al gobierno calderonista que cumpla con la promesa de que al desaparecer a la antigua empresa las cosas mejorarían.
El problema está en que fue una decisión improvisada, que los trabajadores de la CFE, la mayoría traídos de provincia, a quienes hacen trabajar jornadas de 15 horas diarias, por un incentivo de mil pesos diarios, no conocen el problema.
Como otras, la decisión de extinguir Luz y Fuerza del Centro es una decisión fallida del gobierno de Felipe Calderón.
