Salarios mínimos
Martín Esparza Flores / Revista Siempre
Llevado a la palestra del escenario nacional, el tema de los salarios mínimos representa uno de los puntos neurálgicos que el neoliberalismo siempre trata con pinzas y del que seguramente, llegado el algo momento de las explicaciones, buscará evadir huyendo por la puerta trasera.
Empero, y en medio de la vorágine reformista, debe abrirse el debate sobre un asunto que compete y afecta de manera directa a millones de mexicanos cuya situación económica es cada vez más precaria, debido en gran medida a que el bienestar de la población dejó de ser, desde hace varios sexenios, una de las prioridades de las políticas públicas de los gobiernos en turno que hicieron letra muerta a lo establecido en el artículo 123 constitucional, fracción VI, sobre la función social del salario, y que sin dobleces, señala:
“Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en profesionales, oficios o trabajos especiales. Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijaran considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas”.