México, 13 de mayo 2015 (NOTIGODÍNEZ).- El periodista Julio Hernández López, autor de la columna “Astillero” en el diario La Jornada, tocó hoy un punto importante sobre el reciente activismo de Felipe Calderón en favor de sus candidatos del PAN: está utilizando los cuantiosos recursos públicos destinados, para deshonra y vergüenza de los mexicanos, a la manutención personal del sujeto, lo que constituye otra forma de desvío ilegal hacia las campañas de dicho partido.
De suyo es un absoluto insulto que el pueblo tenga que mantener a un genocida brutal, un Nerón “moderno” que dejó a México en llamas y luego pavimentó el camino para el retorno de peores criminales al poder. Encima, ahora estamos financiando el proselitismo que realiza Calderón en favor de la facción panista que impulsa a su mujerzuela, Margarita Zavala Gómez del Campo, en pos de llegar –haiga sido como haiga sido– a la presidencia de la República. “Otro” colmo de la aberración.
Julio Hernández López confirma que resulta aberrante por partida doble tener que mantener a Felipe Calderón –como a otros ex “presidentes” criminales– con el dinero de todos, y que además el individuo se dedique sin la menor vergüenza a hacer campaña electoral. Es otra “faceta” del abuso al que neciamente nos dejamos someter por parte de esta escoria. Por ejemplo Zedillo o Fox se han dedicado a incrementar sus riquezas personales, uno en el extranjero y el otro en México, mientras siguen mantenidos en la opulencia por el pueblo empobrecido.
Calderón en cambio alimenta su ambición personal y familiar para perpetuarse en el poder. Según Julio Astillero, insiste en tratar de legitimar burdamente su espuriato sangriento, simulando ahora que puede mezclarse con el pueblo “con la frente en alto” pero bajo la protección de un fuerte blindaje militar pagado por todos los mexicanos. En paralelo, vuelve a las andadas con su estrategia favorita de desprestigio a los opositores de su débil corriente al interior del PAN, usando al coco del “peligro para México” que en realidad sólo aplica a él, sus sucesores y la oligarquía mafiosa que los impuso.
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