El gobierno, los medios de comunicación y decenas de ex miembros del Comité Central del SME salieron a decir que ya no había nada que hacer, que había que rendirse. 28 mil trabajadores cobraron su liquidación y renunciaron a la lucha, buena parte con el bono del gobierno en los bolsillos y la promesa de ser recontratados en Comisión Federal de Electricidad; abandonaron el barco, dejaron de cumplir los acuerdos de la Asamblea General del 11 de Octubre que, apenas unas horas después del decreto, mandató defender por todos los medios la vida de nuestro SME y luchar sin tregua por recuperar nuestro trabajo. 16 mil 599 trabajadores, mujeres y hombres, no se fueron a liquidar y un destacado núcleo de éstos sostuvo durante 7 años activamente la resistencia.
Ensayamos distintas vías para alcanzar nuestros objetivos. Desarrollamos la vía jurídica hasta agotarla, lanzamos consecutivamente múltiples campañas y jornadas de lucha de masas, tomamos iniciativas políticas para fortalecer nuestra correlación de fuerzas, desplegamos una campaña internacional de denuncia contra el gobierno y acudimos a las instancias internacionales que en teoría salvaguardan los derechos laborales y humanos de los trabajadores. Al final con la suma de pequeñas y grandes acciones fuimos capaces de forzar una negociación política con el gobierno federal.
En su escalada en contra de los electricistas, el gobierno de Calderón contempló a detalle todo el cuadro de la situación. Tenía de su lado a los suyos, los partidos políticos del neoliberalismo que unos años después firmaron el “Pacto por México”; a los charros del SUTERM del esquirol confeso Víctor Flores del Villar y a la disidencia seudo democrática del SME que reclamaba la “transparencia”; a las cámaras empresariales que regentea la oligarquía mexicana; a los medios de comunicación que nos dieron con todo acusándonos de privilegiados, corruptos y delincuentes; al aparato represivo del Estado para que con más de 27 mil efectivos de la Policía Federal y el Ejercito, nos desalojaran violentamente de los más de 400 centros de trabajo de LyFC … y un Poder Judicial subordinado a sus intereses que carente de toda ética falló consecutivamente, durante los 7 años de la resistencia, en contra de los trabajadores. Del otro lado, 16 599 resistían los embates de nuestros enemigos acompañados de decenas de organizaciones democráticas y populares que no nos dejaron solos.
Para mediados del 2010, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se encargó de declarar constitucional el ilegal decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC). Desde ese momento dejamos de tener fuente de trabajo, mientras que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), en Agosto del mismo año, dio por terminado el Contrato Colectivo de Trabajo de LyFC. No teníamos nada sólo el deseo y el coraje para luchar.
No nos rendimos. Nos amparamos contra el laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y desplegamos una intensa movilización que, con sus alta y bajas, se prolonga hasta la fecha. La Huelga de Hambre del 2010 logró arrancarle la toma de nota al gobierno de Calderón alcanzando el reconocimiento jurídico de nuestra dirección sindical. En el 2012 un Tribunal Colegiado de Circuito nos otorgó un amparo contra el laudo de la JFCA que nos daba derecho a la sustitución patronal en Comisión Federal de Electricidad y nos otorgaba el pago de nuestras prestaciones y salarios caídos. Por segunda ocasión, la Suprema de Justicia de la Nación hizo de las suyas y en forma arbitraria revocó la sentencia que nos daba la victoria jurídica. Volvimos a tomar las calles, carreteras y plazas para relanzar un nueva jornada de lucha que forzara una salida política al conflicto por mandato de la Asamblea General del 4 de Febrero del 2013. Un mes después, luego de que recorrimos buena parte del país con la “Caravana por el Derecho y la Justicia del Trabajador” e interpusimos queja en la CIDH, logramos instalar una mesa de negociación con el gobierno federal.
Tres años duró la negociación. En ese trayecto las cosas fueron cambiando, Calderón impuso su reforma laboral a finales del 2012 y Peña Nieto hizo lo suyo en el 2013 imponiendo la privatización del sector energético del país. La desaparición forzada de los 43 estudiantes normalista de Ayotzinapa exhibió la descomposición de los cuerpos de seguridad del Estado y detono la crisis política del régimen de partidos. El magisterio democrático alzó sus banderas en contra de la Reforma Educativa y la crisis económica alcanzo su cúspide inversa con la devaluación del 42% de nuestra moneda.
En siete años tuvimos un compañero asesinado, cientos de detenidos y una docena de presos políticos. La libertad de los presos políticos fue lo primero que alcanzamos en la mesa de negociación, luego el reconocimiento del tiempo de servicio a quienes, a la fecha del decreto de extinción, tenían 23 años de antigüedad en LyFC y alcanzaron, gracias al movimiento, una renta vitalicia. Y al final un acuerdo para la reinserción laboral de nuestros compañeros en resistencia. Recuperamos parte importante de nuestros pasivos laborales con la concesión para su uso y explotación por 30 años de las 14 plantas hidroeléctricas de LyFC, un paquete de generación hasta por 1700 MW y la entrega en propiedad para el SME de las fábricas y talleres de LyFC. Con esta infraestructura recuperada estamos en el proceso de construcción de nuestra Cooperativa LF del Centro. Para rescatar y repotenciar nuestras plantas de generación, integramos una empresa de generación en sociedad con la empresa portuguesa Mota-Engil que denominamos FENIX, con la condición de que esta suscribiera un Contrato Colectivo con el SME, con ello
logramos garantizar la existencia de nuestro Sindicato y sentar las bases para su reconstrucción, sea cual sea el siguiente escenario.
Miente quien dice que salió “demasiado caro” salvar al SME porque a cambio de su supervivencia entregamos el Contrato Colectivo de Luz y Fuerza. Reiteramos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el 2010, dio por extinto al organismo público descentralizado Luz y Fuerza del Centro y en enero de 2013, la misma corte dejó en firme, el laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje que desde agosto del 2010 dio por terminado el Contrato Colectivo de Trabajo del SME.
En siete años a nivel nacional lanzamos tres grandes iniciativas políticas que nos agruparon con otras fuerzas del campo popular para resistir. Se formularon para la construcción de poder popular. La Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía (ANUEE) en 2010, la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores la (OPT) en 2011 y la Nueva Central de Trabajadores (NCT) en 2014.
Estos proyectos se han desarrollado en forma considerable. La ANUEE celebró hace unos días su décima Asamblea Nacional, la OPT celebró su Primer Congreso Nacional Extraordinario en Abril de 2016 y la Nueva Central de Trabajadores realizará su II Congreso Ordinario el 27, 28 y 29 de enero del 2017. Estamos de regreso y no venimos solos. Los usuarios de ANUEE cuentan con nosotros en la lucha por el derecho a la energía y el “borrón y cuenta nueva”.
Quienes por voluntad propia se marginaron de estos procesos ahora pregonan el regreso al SME gremial, apolítico y sin militancia social del periodo sanchista. Otros desde el reformismo rancio y caduco pretendidamente nacionalista nos acusan de “izquierdistas” porque nuestras tres iniciativas decidieron caminar en forma autónoma de los partidos políticos de su preferencia. Ahora ambas tendencias se dan la mano para atacar a dos fuegos a la dirección del Sindicato. Pactaron una alianza sin principios para intentar por todos los medios descarrilar nuestro proceso de reconstrucción: naranjas, dañeros y sanchistas, en redes sociales y medios de comunicación, repiten lo mismo en su patética guerra sucia contra el SME.
Preguntamos ¿De qué nos quieren convencer? ¿De que el CCT de LyFC era mejor?. Sí lo era pero ya no está, nos lo arrebataron. Y esta inadmisible verdad los lleva al borde de la locura al hacer absurdas comparaciones que están fuera de lugar, adjudicándonos la pérdida del contrato colectivo y en el colmo del oportunismo, la “legitimación de la reforma energética”. Hay que decirlo fuerte: recibimos un duro golpe del Estado y la Oligarquía mexicana que pudo ser mortal y sin embargo gracias a la resistencia activa de un combativo núcleo de trabajadores que no se rindieron, tenemos SME.
En el plano internacional en siete años tejimos una importante red de solidaridad y ayuda mutua desde nuestro movimiento. La solidaridad internacional fue parte fundamental de nuestra estrategia política. Como resultado de nuestras relaciones internacionales en la resistencia integramos la Alianza Trinacional de Solidaridad México, Canadá y Estados Unidos en el 2011, en ese mismo año comenzamos a participar en la coordinación de Movimientos Sociales hacia el ALBA, en el 2012 nos adherimos al Encuentro Sindical Nuestra América y recientemente en el mes de octubre pasado nos afiliamos, previo acuerdo de la Asamblea General de Pactos, a Industriall Global Union que representa a más de 50 millones de trabajadores de 140 países en el mundo.
Ahora los que pregonan la derrota de nuestro movimiento y quienes llamaron a liquidar a nuestra organización se dan la mano para irse en contra del SME. Lo hacen como revancha, unos movidos por el interés de alcanzar un curul en el parlamento y otros para continuar viviendo del sindicato que abandonaron a su suerte. Nos queda claro que a partir de ahora tendremos que luchar en contra de quienes desde adentro y desde afuera pretenden descarrilar a nuestro movimiento minimizando, tergiversando y descalificando los acuerdos alcanzados con el gobierno federal, que son, el resultado de nuestra digna lucha de resistencia. Algunos podrán decir, para consuelo propio, que la negociación sin su petulante protagonismo se fue a la baja, podrán hacer aritmética con el hígado para decir que no ganamos nada, pero jamás podrán decir que sus argumentos ganaron el consenso de la Asamblea General del SME y mucho menos podrán decir que ocuparon un lugar digno en las primeras línea del frente de batalla. Desde atrás es bien fácil llamar al choque frontal de la acción directa.
Pese a todo, la lucha sigue, levantar el proyecto de la Cooperativa LF del Centro no se hace de la noche a la mañana. Cobramos nuestras indemnizaciones, liberamos nuestras hipotecas del programa habitacional de LyFC, obtuvimos un crédito fiscal para integrar un primer fondo de inversión de nuestra Cooperativa, estamos concluyendo el convenio de colaboración con el Instituto Politécnico Nacional que nos aportó un plan estratégico de construcción de la LF del Centro, identificamos nuestras fortalezas y líneas de negocios con las que podemos hacer avanzar nuestra reinserción laboral, diseñamos un proyecto de empresa de propiedad social auto gestionada por los trabajadores, fijamos metas para articularnos a los procesos alternativos de las economías solidarias dentro y fuera del país y hacemos avanzar los proyectos políticos que compartimos con otras fuerzas democráticas e independientes.
A diario aprendemos de nuestros compañeros jubilados de LyFC que adoptaron a la resistencia como quién adopta a un hijo sosteniendo la lucha con su cuota sindical durante siete años. Uno a uno sabemos quienes honraron con solidaridad su pertenencia al SME. Otros, los que se fueron, ahora quieren regresar a reclamar lo que dejaron perder y nosotros rescatamos.
Fueron 7 años de resistencia en contra del aparato del Estado. En el curso del proceso tuvimos que buscar otras alternativas, inéditas en la historia de la clase obrera mexicana, que como en toda negociación no alcanzan a satisfacer al 100% nuestras demandas. Es verdad, nos quedan a deber, y sin embargo, podemos decir que la nuestra ha sido categóricamente una victoria política.
Cumplimos 102 años y es como comenzar. Mirando hacia delante tendremos que enfrentar los complejos problemas que nos plantea la reconstrucción del Sindicato y la puesta en marcha de nuestra Cooperativa. Esta etapa es sumamente difícil pero saldremos adelante, como otra veces, con ayuda del pueblo y la solidaridad internacional. Al gobierno de EPN le exigimos cumpla cabalmente con los acuerdos, no deshonren más su palabra.
En este 102 ANIVERSARIO sólo nos queda decir que el SME seguirá abriendo sus puertas a los agraviados que luchan, se mantendrá firme en su propósito de contribuir a la transformación democrática y emancipadora de nuestro país y hará cuanto este a su alcance para fortalecer las luchas del pueblo. Ni por un instante abandonaremos los principios de clase que nos dieron vida y autonomía.
¡¡VIVA EL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS!!
¡¡SALUD Y REVOLUCIÓN SOCIAL!!
Fraternalmente
“Por el Derecho y la Justicia del Trabajador”
Ciudad de México, a 14 de Diciembre del 2016.
Comité Central y Comisiones Autónomas.
SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS.
Responsable de la publicación José Humberto Montes de Oca Luna, Secretario del Exterior del SME.