Ante una tragedia más
Martín Esparza Flores / Revista siempre
Aún no cierran en San Pedro Xalostoc las heridas ocasionadas a sus pobladores por el mortal estallido de una pipa accidentada en la autopista México-Pachuca, por la criminal negligencia de las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y de los legisladores que aún permiten en el país el uso de tractocamiones de doble remolque, cuando de nueva cuenta una unidad similar pintó de luto y muerte los hogares de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que el día 13 realizaban una protesta pacífica en la caseta de peaje de Zurumucapio, Michoacán.
La irresponsabilidad oficial tanto de los miembros del Congreso como altos funcionarios mostró el costo de vidas humanas que representa autorizar que unidades operadas en malas condiciones y por choferes mermados por excesivas cargas de trabajo circulen por las carreteras.
Luego de la tragedia en la humilde población del Estado de México se prometió revisar las leyes en la materia para evitar más accidentes, pero lo sucedido en Michoacán habla de que el discurso cómplice de las autoridades sólo encubre la avaricia de empresarios sin escrúpulos.