Perdió la brújula hace mucho, mucho tiempo
Martín Esparza Flores / Revista Siempre
Por sus disparatadas acciones y su enfermizo afán de reelegirse en el cargo el próximo año, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, ha perdido toda noción de la labor de unombudsman que tendría que defender a millones de ciudadanos ante el abuso de las instituciones públicas.
Si usted es uno de tantos usuarios afectados por los recibos locos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sus ilegales cortes y su mal servicio prestado; si usted ha sido amenazado y hasta obligado a firmar convenios leoninos de pago, en módicas mensualidades, sin otra alternativa que comer o pagar la luz, se preguntará: ¿qué hace el ombudsman del país con los altos funcionarios de la CFE, alabando su desastroso funcionamiento, cual si se tratara de un experto en la materia? ¿Por qué no exige al titular de la paraestatal, Francisco Rojas, y su representante legal, César Augusto Santiago, parar la ola de abusos y atropellos que se cometen a diario en contra de miles de usuarios, entre estos, gente indefensa de la tercera edad? ¿Qué no debe ser ésa su función?
En contra de toda lógica y sentido de la ética, Plascencia Villanueva asistió el pasado día 9, a las instalaciones del Centro Nacional de Energía (CENACE), para recibir por parte de los directivos de la Comisión Federal un informe sobre su funcionamiento. Emocionado, el hombre que este año ejercerá un presupuesto de mil 300 millones de pesos en la CNDH no tuvo reparo en transformarse en panegirista de la entidad y decir que “la energía eléctrica es un servicio público que brinda la CFE, con un alto nivel de eficiencia”. ¿A qué se refiere cuando habla del alto nivel de eficiencia? ¿Sobre qué parámetros sustenta su temeraria opinión?