Martín Esparza / Revista siempre
En la antesala de la reforma energética, las cifras siguen apabullando a la Comisión Federal de Electricidad (CFE); la ahora risible y agonizante “Empresa de Clase Mundial”, va en caída libre y únicamente despistados como el Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva, en su ignorancia supina, aún se atreven a enaltecerla al afirmar que “la energía eléctrica es un servicio público que brinda la CFE, con un alto nivel de eficiencia”.
Informes difundidos por la Bolsa Mexicana de Valores, y elaborados con reportes suministrados por la paraestatal, indican que en el primer semestre del año las pérdidas de CFE se dispararon en un 167,8 por ciento para alcanzar la cifra de 35 mil 519 millones de pesos, más del doble de las registradas en el mismo periodo del 2012 y que arrojaron números rojos por 13 mil 259 millones de pesos.
Lo señalado por los expertos del centro de finanzas más importante del país, le da con la puerta en las narices a Plascencia y a los altos funcionarios de la Comisión Federal como es el caso de su Director, Francisco Rojas Gutiérrez, y su abogado general, César Augusto Santiago, quienes en la legislatura pasada y como integrantes del grupo parlamentario del PRI, fueron los principales críticos en el Congreso de la pésima administración de CFE en el sexenio pasado.