Los estados financieros de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de Pemex son de pánico, y de horror los de empresas desarrolladoras de vivienda. Esto, aunado a la inseguridad presagia parálisis nacional y por ello está urgido el presidente Peña Nieto de las reformas energética y fiscal.
CFE
Es sorprendente lo sucedido en la (CFE). Según su reporte a la Bolsa Mexicana de Valores, en el primer semestre de este año, sufrió una pérdida neta de 167.8% respecto al mismo período del año pasado. Su desplome fue de 35 mil 519 millones de pesos.
Hizo saber la principal generadora de electricidad que los costos de operación fueron en dicho período de 153 mil 589 millones de pesos, que hay escasez de gas natural, los combustibles son más caros y al personal eventual se le reconoció antigüedad a un costo de 25 mil 18 millones.
No explicó la CFE si en el anterior renglón incluyó los últimos 80 millones obsequiados a Martín Esparza, líder del desaparecido sindicato de Luz y Fuerza del Centro que durante 39 días bloqueó la avenida Bucareli.
DESDE LA EXPROPIACIÓN PETROLERA, Pemex no padeció la crisis actual: su pasivo laboral asciende a 1 billón 327 mil 865 millones de pesos, el más alto de su historia.
El emplazamiento a huelga de la paraestatal más importante del país para el 31 de agosto contempla un rígido cambio en el esquema de jubilaciones y ya no está en posibilidad de conceder cuantiosas prestaciones al sindicato liderado por Carlos Romero Deschamps.
Pemex se encuentra en quiebra técnica debido a su reducido volumen de exportación de petróleo, el cual bajó a un millón 155 mil barriles por día, tras de que en el 2005 vendió un millón 870 mil barriles diarios, en pleno agotamiento de los mantos de Cantarell, realizado por Vicente Fox.Leer nota completa