Ante la posibilidad de un acuerdo que pueda conducir a la reincorporación al trabajo de los casi 15 mil electricistas que no aceptaron la liquidación cuando fueron ilegalmente despedidos y resistieron heroicamente durante un lustro, se imponen algunas observaciones.
La primera y fundamental es que, cualesquiera puedan ser las intenciones de un gobierno tan o más infame aún que el de del PAN o sus antecesores neoliberales priístas, la movilización, los sacrificios y la resistencia política no sólo preservaron la dignidad de los trabajadores y su sindicato sino que también podrían obtener resultados como la supresión de los procesos penales, la reconquista del trabajo, el reconocimiento de la antigüedad en el trabajo para las jubilaciones, indemnizaciones y la reconquista de los servicios del IMSS.
El gobierno priísta de la oligarquía quiere sembrar ilusiones entre los electricistas para ganar tiempo, desmovilizar al SME y arrastrar el problema hasta la prescripción del proceso a principios del año próximo. Al mismo tiempo, ante la acumulación de movilizaciones protestatarias, busca soluciones políticamente menos costosas para él en los frentes estudiantil (sobre todo el IPN) u obrero (SME).
Leer nota completa
Leer nota completa