CARTA DEL SME AL PAPA FRANCISCO I. (Entregada hoy en la Ciudad del Vaticano, Roma)
Al Papa Francisco I, Jorge Mario Bergoglio
A la opinión pública internacional.
Al Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
Paz y bien.
Víctimas de la injusticia y la exclusión acabamos de cumplir cinco años de intensa lucha social. Nos hemos negado a morir de rodillas y hemos levantado la voz ante el poder del dinero y la sucia política de quienes le sirven. La fe de nuestros compañeros ha sido clave para resistir y luchar por un lugar en el mundo.
El 10 de Octubre de 2009, el ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, mandó ocupar, con el ejército y la policía, nuestra fuente de trabajo. Unas horas después decretó la extinción de nuestra empresa Luz y Fuerza del Centro, lo que significó el despido masivo más grande de la historia de nuestro país. 44 mil trabajadores fueron despedidos injustificadamente, sin ningún otro derecho que cobrar una pírrica indemnización. 28 mil trabajadores la cobraron y 16 599 se negaron a renunciar a sus derechos y comenzaron una desigual lucha en contra del Estado Mexicano por recuperar su trabajo. En el 2012, legalmente obtuvimos el amparo de un Tribunal Colegiado de Circuito en Materia del Trabajo que nos otorgó el derecho al patrón sustituto conservando la vigencia de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo y los derechos individuales de cada trabajador en resistencia. En enero de 2013, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a petición del poder ejecutivo, revocó de manera vergonzante el acto de justicia que restituía nuestros derechos humanos y laborales.
La lucha de miles de electricistas no se interrumpió. Sostuvimos nuestro movimiento pese a todas las inhumanas decisiones adversas del poder. Mediante esta lucha y producto de la negociación con el actual gobierno de la República, logramos la libertad de nuestros 12 compañeros presos políticos y alcanzamos el derecho a una pensión vitalicia para 996 compañeros en resistencia.
Cuando el 10 de Abril del 2013 instalamos con el gobierno de Enrique Peña Nieto una mesa de negociación, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ofreció alcanzar una solución al conflicto a corto plazo. Un año y seis meses después el gobierno federal sigue retardando la solución definitiva al conflicto. Está a su alcance devolvernos nuestro empleo dentro del Sector Eléctrico de donde fuimos desplazados injustamente. No vemos el porqué tenga que prolongarse un día más el sufrimiento de nuestras familias.
Miles de trabajadores despedidos, desde hace cinco años somos víctimas de la discriminación laboral. Sistemáticamente se nos niega el derecho al trabajo. Lo hacen las empresas privadas y el propio Estado Mexicano por el hecho de haber laborado en la empresa pública Luz y Fuerza del Centro y ser agremiado al Sindicato Mexicano de Electricistas. Sin poder contar con una fuente de ingresos estable, nuestras familias desde hace cinco años sobreviven en una situación de vida precaria que imposibilita su acceso pleno a la educación, la salud, la vivienda y la cultura.
Los medios de comunicación al servicio del poder del dinero no han cesado la campaña de criminalización en contra de nuestro movimiento. Somos sujetos de constantes ataques mediáticos que buscan deslegitimar nuestras demandas y evitar un acuerdo con el gobierno federal que nos devuelva el trabajo. La criminalización de la protesta social en México es cotidiana y da lugar a hechos atroces como la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Paradójicamente, la clase política mexicana que presume su pertenencia al credo católico no protege, no promueve, ni procura la defensa de los derechos humanos del pueblo mexicano. 65 millones de mexicanos en la pobreza así lo atestiguan.
Los movimientos sociales en México reclaman justicia. Reclamamos nuestro legítimo derecho a la vida digna, a ejercer las libertades democráticas y hacer valer nuestros derechos por todos los medios. La desigualdad social, la descomposición del poder político, la criminalización, persecución y represión del movimiento social así como las tácticas dilatorias del gobierno federal para atender con eficacia las justas demandas populares, ensombrecen el presente y futuro de nuestro pueblo.
La esperanza de que todo esto cambie está en los justos, está también en la posibilidad de que los movimientos sociales del mundo se acompañen de frente al ineludible reto de alcanzar la justicia social.
Acerca de lo que ocurre en México y el desenlace de nuestra lucha solicitamos su atención y observancia, le pedimos orar por la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos y por el regreso al trabajo de 15, 500 trabajadores electricistas agremiados al Sindicato Mexicano de Electricistas. Es urgente que en México se restablezca el Estado de derecho y México cumpla con los convenios internacionales en materia de derechos humanos que tiene suscritos.
Esperamos su solidaridad para que interceda por nuestra causa y se resuelva, cuanto antes, nuestra situación.
“Por el Derecho y la Justicia y la Justicia del Trabajador”
Martín Esparza Flores. Secretario General.
SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS.