Sindicalistas protestan contra la reforma energética.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Detrás de la reforma energética que esta semana presentará Enrique Peña Nieto no hay sino una clara intención de “homologar leyes” en la materia, desde la Patagonia hasta nuestro país, en donde el gran beneficiado será por supuesto Estados Unidos.
Cierto que se pretende compartir la renta petrolera, permitir la extensión de concesiones y contratos en materia energética, pero la verdad es que Estados Unidos no tiene como objetivo principal sino la electricidad, su generación, cogeneración, distribución, importación y exportación.
Pero quiere no sólo la de México, rica en producción por el tipo de clima y la gran cantidad de agua que existe en el país. A los Estados Unidos, como la nación más poderosa del mundo también le interesa la energía de todo el hemisferio; su seguridad energética está en juego y de ahí su respaldo a presidentes como Enrique Peña Nieto, que están dispuestos a entregar todo a cambio de su legalización y reconocimiento como verdadero hombre de Estado.
Esta observación no es gratuita, viene claramente establecida en la llamada “Iniciativa Conectando las Américas 2022” que el año pasado firmaron Barack Obama y el presidente Juan Manuel Santos, de Colombia, por lo menos así lo reveló el coordinador de Asuntos Internacionales de la Energía, Carlos Pascual, ante el Subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de ...