El Sol de Hidalgo
9 de septiembre de 2010
Por José Luis Rico
Pachuca, Hidalgo.- La Comisión Federal de Electricidad (CFE) empezó a instalar medidores digitales de consumo de eléctrico conectados a una central, desde la cual podrá cortarse el servicio a los morosos, sin necesidad de desconectar cables en la vía pública.
Además, otra innovación consiste en que podrá cubrirse el costo del servicio con tarjetas de prepago y las habrá desde 30 pesos, como se hace con la telefonía móvil.
El ex dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Luis Espinoza López, expresó que el servicio de electricidad está perdiendo su carácter social que lo identificó históricamente, pues ahora "se le quiere ver sólo como un negocio".
Aparte de que están elevando las tarifas por consumo de electricidad, ahora la CFE podrá, literalmente, restringir o suspender el suministro desde una base de datos, como se hace actualmente con el servicio de telefonía o de televisión por cable.
Todo esto es posible, porque se han modificado las líneas tradicionales al reemplazarse por la moderna fibra óptica.
Ahora mismo ya se están instalando en Pachuca y otras de las ciudades más pobladas en el estado de Hidalgo, módulos de la Comisión Federal de Electricidad, donde podrán hacerse pagos por el servicio recibido o adquirir tarjetas de prepago.
De acuerdo con el ex dirigente de los electricistas, desde siempre se habían aplicado subsidios y tarifas de carácter social para este indispensable servicio, el cual no es un lujo como el teléfono o televisión de cable, sino una necesidad elemental.
Como ocurre actualmente con la gasolina, añadió Luis Espinoza López, la electricidad llegará a ser más cara que la que se cobra en países altamente desarrollados como Estados Unidos.
Esto es incongruente cuando se pretende combatir la pobreza y las desigualdades sociales que prevalecen en el país, pues las nuevas tecnologías están encaminadas a exigir el cobro sin demora del servicio, ya que, de lo contrario, éste será cortado desde una central.
Sin embargo, precisó que culminar el proceso de reemplazar medidores análogos por otros digitales, conectados a una central, demorará meses o quizá años.
