Corrupción ISO 9001
El 16 de agosto, a raíz de que el diario Houston Chronicle publicó una nota donde se relacionaba al ingeniero Néstor Moreno Díaz con presuntas irregularidades en la asignación de contratos a la empresa ABB a cambio de prebendas como un yate, un auto Ferrari y cientos de miles de dólares; éste pidió licencia para aclarar los supuestos señalamientos de corrupción de los que fue objeto. “Eso cuestiona mi integridad moral, profesional y personal. Declaro que rechazo categóricamente todos y cada una (de las acusaciones) en mi contra”. Escribió Moreno Díaz en la carta donde pidió su separación temporal -¡sin goce de sueldo!- de la CFE.
Casi un mes después, un escueto boletín de prensa de la Comisión Federal de Electricidad informó: “Con fecha 14 de septiembre del 2010, el Ing. Néstor Moreno Díaz, director de Operación con licencia desde el pasado 16 de agosto de los corrientes, presentó al Director General de la empresa su renuncia al cargo. Será la Junta de Gobierno de la entidad la que, en cumplimiento con las atribuciones que le confiere el Estatuto Orgánico de la CFE, apruebe en su caso el nombramiento que someta a su consideración el Director General de la empresa para cubrir dicho cargo”. Sobre la inocencia o culpabilidad del ingeniero el comunicado no dice absolutamente nada. No hay que ser díscolos, pásenos corriente –dénos una explicación a la sociedad- sobre el caso. El boletín de la CFE fue emitido el día que comenzó el puente del Bicentenario. Es evidente el contraste entre lo extenso de éste y lo lacónico de aquél. ¿Será que quieren bajarle el switch a este escándalo, uno más, hijo de la corrupción?
Por lo visto a Moreno Díaz no le alcanzaron los 30 días transcurridos entre su separación temporal y su renuncia definitiva –¡chingoce de sueldo!- para aclarar el oscuro asunto. ¿Y su integridad moral, profesional y personal, dónde quedaron? ¿Estarán junto al Ferrari, el yate y los dólares?
El gobierno del presidente Calderón, nos ha hecho saber a través de la publicidad que la Comisión Federal de Electricidad es una empresa de clase mundial. Por lo pronto la corrupción que, hasta que no se demuestre los contrario, impera en ella ya tiene rango internacional.
FUENTE: EL ECONOMISTA
