“Megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia. A menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control. A veces es un síntoma de desórdenes psicológicos como el complejo de superioridad o la ompulsión eufórica, donde el sujeto aquejado de esta perturbación tiende a ver situaciones que no existen, o a imaginarlas de una forma tal que sólo él termina creyendo. Los ejemplos más comunes son de emperadores, monarcas y dictadores.” Wikipedia
Poco o ningún comentario nos merecerían los delirios de Felipe Calderón expresados en el Auditorio Nacional el pasado 28 de marzo, en su discurso intitulado “Un Gobierno Democrático que rinde cuentas”, si no fuera porque en ellos presenta como un “logro” de su gobierno la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Dicho cometario es una afrenta para nuestra causa y no podemos dejarlo desapercibido.
Numerosos comentaristas y medios de prensa ya lo han descalificado por el enorme cúmulo de mentiras que contiene, por ser electorero, manipulador, realizado bajo un enorme despliegue de fuerzas de seguridad y ante un público conformado por acarreados. Calderón nos presenta un país idílico, propio de “Alicia en el País de las Maravillas”, lástima que todo lo ahí dicho no es más que un cuento de hadas. Refutar su contenido sería demasiado fácil, aunque nos llevaría demasiado tiempo, nos concentraremos sólo en lo que nos atañe.
Veamos lo dicho por Calderón: “en el Gobierno hemos tomado riesgos, y a la vez, hemos derribado mitos al tomar acciones contundentes en el sector energético que se habían postergado durante décadas… Es el caso, claramente, de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, que resolvió un añejo problema de corrupción y de dispendio, y que ha hecho posible que los hogares y empresas tengan un servicio como se merecen.”
Se necesita un enorme grado de cinismo para hacer estas declaraciones. Nadie puede olvidar que esos “riesgos” incluyen haber emitido un “decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro”, sin contar con facultad constitucional alguna y haber pasado por encima del poder legislativo. Además de violar, flagrantemente, los derechos humanos y laborales de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la Ley Federal del Trabajo y diversos convenios laborales internacionales. Además utilizó al Ejército para tomar las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro, transgrediendo el papel que a las fuerzas armadas les otorga la Constitución y revelando su intención de preparar una represión sangrienta.
No menos cínica es su supuesta intención de erradicar la “corrupción” en el sector eléctrico. Jamás atendió las quejas del SME en contra de sus empleados de confianza en Luz y Fuerza del Centro, y por supuesto, tampoco ha presentado un solo funcionario sancionado por dicha causa. ¿Cómo es posible que señale haber resuelto el delito sin presentar al delincuente? Esa misma impunidad existe alrededor de los súper fraudes ocurridos en CFE. ¿Acaso ya olvidó el yate y el Ferrari de Néstor Moreno Díaz y la corrupción de muchos otros funcionarios, comenzando por el propio ex director de CFE, Alfredo Elías Ayub, que hoy gozan de la más completa impunidad?
Tampoco olvidemos que Felipe Calderón nombró al Ing. Jorge Gutiérrez Vera como director de Luz y Fuerza del Centro, a pesar de tener un enorme expediente de corrupción en la época de Carlos Salinas de Gortari en donde ya había estado como funcionario de dicha empresa entonces paraestatal; a la fecha este funcionario goza de una jugosa jubilación y de toda la impunidad imaginable. En resumen, Calderón es parte de la corrupción del sector eléctrico, basta recordar que en agosto de 2009, tuvo conocimiento vía documento ingresado en la puerta 4 de los Pinos en donde se documenta toda la red de corrupción en CFE, si ya lo olvido se la volveremos a entregar los próximos días.
Hacemos notar que en su alocución, Calderón se cuidó muy bien de decir que en la zona centro ahora existe un mejor servicio o una reducción de tarifas como lo ofreció en un principio. Sabe perfectamente que en ambos casos el resultado ha sido un total fracaso, sólo habló de ofrecer “un servicio como se merecen” los usuarios. La manipulación es harto evidente.
Tampoco informó que los principales beneficiarios de la instalación de una planta regasificadora –instalada en el puerto de Manzanillo, con un costo de 34 mil millones de pesos–, y de los parques eólicos de Oaxaca, son las empresas trasnacionales que ilegalmente participan en la generación de energía eléctrica.
La megalomanía de Calderón se asemeja a la de muchos tiranos que fueron derrocados por el hartazgo y la ira de sus propios pueblos. ¿Coincidencia? No, más bien ocurre que cuando un régimen político está agotado, cuando está perdiendo la capacidad de resolver los conflictos sociales desatados por la avaricia desbordada, cuando ya no pueden gobernar como antes, entonces sus representantes entran en estado de desesperación y dejan entrever todas sus limitaciones y debilidades. Este es el caso de la oligarquía mexicana, cuyos otros exponentes, Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto, no son mejores que Vicente Fox o Felipe Calderón.
Lo único bueno del discurso de Calderón es que vino a recordarnos cuan importante es sacar de los Pinos a la mafia en el poder e imponer, mediante la movilización y el voto popular, a un gobierno democrático y nacionalista como el que representa la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
México D. F. a 30 de marzo de 2012
FRATERNALMENTE
“Por el derecho y la Justicia del Trabajador”
José Humberto Montes de Oca Luna
Secretario del Exterior
Sindicato Mexicano de Electricistas