Quizá solamente se trate de simples hechos aislados. Sin embargo el asunto no deja de ser curioso. En algunos casos usuarios de energía eléctrica a los que les ha tocado pagar los recibos del último bimestre, son facturaciones por cantidades sensiblemente menores a las que se cubrieron en los meses anteriores.
No sin cierta sorpresa varios clientes de los miles cautivos de la Comisión Federal de Electricidad, con agrado han visto, suponemos sin que ello siente precedente, que los cobros de la paraestatal del último periodo, -bimestral o mensual- según sea el caso, no aparecen "muy cargados".
Por reportes que de voz propia de los consumidores locales de luz se tiene, los montos a pagar no resultan tan onerosos, como en otras ocasiones. Incluso se afirma que las reducciones oscilan entre un 30 y hasta un 40 por ciento.
Podría ser, sin asegurarlo, que tal vez ese fenómeno económico a la baja, que pocas veces se ha dado, -que fue, según recordamos allá por el año 2000, en vísperas de las elecciones federales- resulte el principio de una reacción natural de los usuarios ante la carestía de la electricidad.
A lo mejor alarmados por la duda que planteó el gobernador Mario López Valdez sobre la participación del Estado en el subsidio al servicio y anticipando el impacto que eventualmente causaría en el presupuesto familiar, empezaron a cuidar o racionar el gasto de energía, ahorro que lógicamente, si así ocurrió, se tradujo en su propio beneficio.