Andrés Manuel López Obrador, aspirante presidencial de izquierda.
Foto: Hugo Cruz
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The Nation.- En un inesperado giro de los acontecimientos, la irrupción de un novedoso movimiento juvenil transformó el panorama de las elecciones mexicanas de este domingo. Hace apenas un mes, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, parecía destinado a obtener una cómoda victoria de dos dígitos que le permitiría retrotraer al país a sus antiguas prácticas políticas y sus vicios autoritarios. Unas pocas semanas de protestas estudiantiles contra el duopolio que controla la televisión nacional –al que acusan de querer imponer la imagen de Peña Nieto a los votantes–, así como una serie de escándalos de corrupción, bastaron para que el candidato de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador avanzara significatívamente en las encuestas.
El movimiento “#YoSoy132” tiene mucho en común con las movilizaciones que sacudieron al mundo durante el último año y medio, aunque con un matiz propio. Al igual que en Egipto, España y Estados Unidos, el uso masivo de Twitter, Facebook y demás redes sociales facilitó la organización de marchas y protestas. A diferencia de la Primavera Árabe, sin embargo, los jóvenes mexicanos no protestaban contra los actuales gobernantes sino contra un candidato opositor. A diferencia también del movimiento Occupy y de los movimientos estudiantiles mexicanos del pasado, los manifestantes se cuidaron muy bien de no entorpecer el tráfico vehicular o usurpar espacios públicos.