Carlos Mota
- Viernes, 22 de Noviembre de 2013 05:01
Dos adultos mayores –y una enfermera itinerante– habitan una pequeña casa al norte de la Ciudad de México. Deben mucho dinero a la Comisión Federal de Electricidad, por un adeudo de hace un año.
Al indagar con la intención de regularizar su situación y pagar, se topan con un disparate: el empleado Felipe García, del Centro de Atención Telefónica 071, confiesa que su medidor no está registrado en la base de datos de la CFE.
Otro empleado del call center, Guillermo Trejo, revisa los adeudos bimestrales, que reflejan un consumo a tope de kilovoltaje, como si en la casa habitaran cinco o seis personas. Ningún bimestre baja de 2 mil 300 pesos, lo cual sería entendible si el medidor estuviera en orden, pero no lo está: en el bimestre de junio, por ejemplo, el sistema arroja un saldo a favor de 45 pesos; y en el corte de octubre señala un consumo bimestral ¡mayor a 19 mil 500!
Alguien está haciendo un negocio alternativo con medidores no registrados oficialmente en la base, y con las irracionales cifras que arrojan los nuevos sistemas.
Muchas personas han sido afectadas directamente o conocen a alguien que ha sido objeto de un desmedido cobro y del patético servicio con el que opera actualmente la CFE.
¿Es esta una empresa de clase mundial, como la posicionó Felipe Calderón cuando extinguió a Luz y Fuerza del Centro? No.
Hace tiempo dejó de serlo; y un año bajo el mandato de Francisco Rojas al frente de este organismo no sirvió para apuntalar sus procesos, sino para profundizar sus carencias. Al día de ayer, por ejemplo, el Buró Comercial de Profeco arrojaba 13 mil 472 quejas activas contra la CFE. Las dos principales son la “negativa a corregir errores de cobro” y el “error en el cálculo”.
El presidente Peña propuso en la reforma energética que se reforme la Constitución para que más empresas compitan contra la CFE en generación de energía eléctrica. También propuso la creación de un “árbitro independiente” que elija la tarifa más barata entre las empresas competidoras para entregar al consumidor final el producto de mejor precio. No me parece, sin embargo, que debiéramos esperar a esta reforma para que la CFE opere correctamente desde ahora mismo y con mejores estándares de servicio.