Con el registro de una planilla única, la encabezada por Martín Esparza Flores, concluyó ayer la primera etapa del proceso electoral para renovar la dirigencia del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que continuará con las votaciones a realizarse entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre y deberá finalizar con el reconocimiento oficial de una nueva representación gremial, mediante la entrega de la toma de nota
correspondiente.
Se asiste, pues, a la posibilidad de que en días próximos pueda destrabarse uno de los factores del conflicto entre el gobierno y el propio SME: cabe recordar que con la negativa a reconocer a la dirigencia encabezada por el propio Esparza, y con la toma de partido en favor de una disidencia minoritaria al interior del sindicato, el gobierno federal creó y alimentó un entorno de crispación y provocaciones que marcó los días previos a la extinción, vía decreto presidencial, de Luz y Fuerza del Centro (LFC), en octubre del año pasado. La intromisión gubernamental en la vida interna de la organización fue sucedida por una campaña de descrédito y acoso en contra de sus integrantes y líderes y, en los meses posteriores a la desaparición de LFC, se emprendieron diversos intentos por desarticular al movimiento electricista y se acusó a los propios trabajadores de ese gremio de emprender acciones de sabotaje a la red eléctrica del centro del país.