Calderón en Harvard… ¡go home¡
Martín Esparza Flores
Seguramente que a unos días de que comiencen los cursos de primavera en la Universidad de Harvard —el próximo 28 de enero—, el presidente de la prestigiada institución, Drew Gilpin, se estará lamentando por el error cometido al incluir como integrante del programa Global Angelopoulos de Líderes Públicos y miembro de la comunidad académica de su plantel, Jonh F. Kennedy, al expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
Hasta el escritorio del ilustre catedrático estadounidense así como al de connotados maestros eméritos de la afamada casa de estudios, como es el caso del decano profesor David T. Ellwood, han llegado un sinfín de cartas y documentos binacionales que avalan con más de 25 mil firmas su rechazo para impedir que el exmandatario mexicano les vaya a tomar el pelo a los alumnos de Harvard, abusando, tal vez, de la ingenuidad y buena fe de sus autoridades.
Podríamos advertirles a los vecinos del norte que bien dice el dicho manufacturado en nuestro país: “Quien no lo conozca, que lo compre”. Porque los mexicanos, que sabemos de las exiguas capacidades y torpezas intelectuales de Calderón, no lo queremos ni regalado. Si acaso lo deseamos de vuelta para colocarlo no al frente de una cátedra sino en el banquillo de los acusados para que responda por los mil y un estropicios que cometió en el país. También lo reclaman en la Corte Penal Internacional donde tiene dos denuncias pendientes.
Sin aventurarnos al uso de términos peyorativos podemos afirmar que a Calderón de nada le valieron sus estudios de abogacía ni sus maestrías en economía y administración pública, en los hechos actuó como un perfecto ignorante de las leyes en la materia. Y si acudió a las aulas, seguramente pasó de noche.