Anunciados por el presidente Felipe Calderón como la panacea de su gobierno para la transparencia en el sector energético, los comités de auditoría que deberían de haber funcionado en organismos como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con el fin de evitar actos de corrupción en el manejo de los recursos públicos, resultaron una más de las ficciones oficiales que sucumbieron ante el poder de los intereses creados por los integrantes del “cártel de la Electricidad”, que desde hace más de dos décadas se adueñó del control interno de la paraestatal.
En la amplia investigación elaborada en el seno de la Comisión de Energía de la LX Legislatura, y entregada en Los Pinos a Calderón, en agosto de 2009, quedaron de manifiesto numerosas irregularidades cometidas por funcionarios de la CFE, en el manejo y otorgamiento de contratos, en muchos de los cuales sus propias empresas, a través de prestanombres, fueron beneficiadas al solaparle incluso la entrega de equipos defectuosos, no sólo a destiempo sino fuera de los parámetros de concurso establecidos por la normatividad.