Ciro Gómez Leyva
2010-10-12•
Está claro que no tienen la iniciativa para proponer una ruta que encauce el final del pleito. Tampoco la fuerza para descarrilar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). No se han significado por un virtuosismo estratégico ni una gran imaginación. Pero ahí siguen. Con una tenacidad que asombra. Y si nos atenemos a las cifras oficiales, son unos 16 mil que, según la información oficial, saben sabotear. Y que, como vimos ayer, no tienen reparo en salir a la calle para volver locos a los ciudadanos.
¿Qué piensa hacer el gobierno federal con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)? Es gente para tomar en serio. Tres veces rechazaron una liquidación que les habría dejado, en promedio, más de 400 mil pesos. La dejaron pasar pese a perder una controversia constitucional y un amparo en la Suprema Corte de Justicia. Y a que la lógica indicaba que perderían también los litigios de despido injustificado y patrón sustituto en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje
Creo que, a estas alturas, los electricistas deben estar conscientes de que la población, el “pueblo”, no los acompañó en la lucha. Aun así persisten en “sensibilizar a la opinión pública en la defensa de la industria eléctrica y la denuncia de los abusos de la CFE”.
Son mujeres y hombres que se arriesgaron con dos huelgas de hambre. Algunos, los menos, son violentos, vandálicos. Pero el grueso del SME ha sido pacífico.
El triunfo redondo del gobierno tiene que pasar por una incontrovertible mejoría del servicio y un arreglo que apague la insatisfacción de este grupo de 16 mil personas. A diferencia de la guerra contra el narco, en la batalla de la luz no debe haber muertos por agotamiento.
Ni humillados.
¿Qué piensa hacer el gobierno federal con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)? Es gente para tomar en serio. Tres veces rechazaron una liquidación que les habría dejado, en promedio, más de 400 mil pesos. La dejaron pasar pese a perder una controversia constitucional y un amparo en la Suprema Corte de Justicia. Y a que la lógica indicaba que perderían también los litigios de despido injustificado y patrón sustituto en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje
Creo que, a estas alturas, los electricistas deben estar conscientes de que la población, el “pueblo”, no los acompañó en la lucha. Aun así persisten en “sensibilizar a la opinión pública en la defensa de la industria eléctrica y la denuncia de los abusos de la CFE”.
Son mujeres y hombres que se arriesgaron con dos huelgas de hambre. Algunos, los menos, son violentos, vandálicos. Pero el grueso del SME ha sido pacífico.
El triunfo redondo del gobierno tiene que pasar por una incontrovertible mejoría del servicio y un arreglo que apague la insatisfacción de este grupo de 16 mil personas. A diferencia de la guerra contra el narco, en la batalla de la luz no debe haber muertos por agotamiento.
Ni humillados.