La crisis mundial del capitalismo y sus devastadores efectos en contra de los trabajadores y los sectores más vulnerables, en los países donde sus gobiernos insisten en proteger y mantener inalterable el modelo económico neoliberal, fue uno de los temas principales abordados durante el quinto Encuentro Sindical Nuestra América (ESNA), celebrado en México y que contó con la participación de 200 delegados internacionales provenientes de más de 27 países de nuestro continente, así como de 300 delegados nacionales.
Las conclusiones del encuentro, que tendrán una difusión mundial, dejaron en claro que por toda América y el mundo las oxidadas bisagras de las puertas del capitalismo salvaje rechinan ante su innegable desgaste social e histórico, anunciando la participación cada vez más activa de los trabajadores y de la sociedad en los procesos de integración política de sus naciones.
No es casual, como se estableció en los acuerdos genéricos del encuentro celebrado en la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que por todo el mundo surjan movimientos de masas como el de los Indignados y que en países como España gobiernos de derecha se cimbren ante el clamor social que se lanza en las calles y plazas públicas exigiendo un cambio al modelo económico que afecta directamente a millones de trabajadores y a la población en su conjunto.