Martín Esparza
Oculta bajo el camuflaje oficial de la supuesta eficiencia, la corrupción en Comisión Federal de Electricidad es un cáncer que ya empezó a dañar los tejidos de la infraestructura eléctrica en la zona centro del país, tal y como lo ha hecho en el resto del territorio nacional.
Desde el cierre de Luz y Fuerza en octubre del 2009, cientos de compañías contratistas obtuvieron de los funcionarios de la CFE, la patente de corzo para tomar por asalto los puestos de trabajo que venían desempeñando los 44 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, obteniendo como recompensa un jugoso botín que hasta octubre del 2011 alcanzaba los 10 mil millones de pesos, pero entregando a cambio un deficiente y pésimo servicio a los usuarios.
La CFE les dio el oro, pero ellos le entregaron cuentas de vidrio, sin ningún reclamo.