Javier Arcadia Galaviz
jue 18 de octubre de 2012
Dicen que el que persevera, alcanza. Esto es en referencia al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y ello se debe a que después de tres años de que fueron sacados masivamente de su fuente de trabajo, podría aducirse que con lujo de violencia oficial, ahora, los ex trabajadores de la desaparecida Compañía de Luz y Fuerza del Centro y miembros de ese sindicato, que nunca bajaron los brazos en señal de inconformidad, podría asegurarse que están de regreso triunfal.
Pero también cabe acotar que gozarán de esa gloria victoriosa solo aquellos que jamás se dieron por vencidos ni perdieron la fe, y que se mantuvieron unidos en su lucha, bajo un mismo ideal y objetivo, que era el de recobrar lo que sienten que les ha pertenecido durante casi un siglo, ésa, su fuente de trabajo, misma que les fue súbitamente arrebatada con métodos que dejaron en entredicho los principios fundamentales de legalidad. Más aún cuando tan infame acción injustificada y unilateral por parte del gobierno, la que se llevó a cabo violentamente al utilizar la fuerza pública para despojar a los electricistas de su empleo.
Sí, al haber sido echados a la calle a los 45 mil trabajadores de sus centros de trabajo en la Compañía de Luz, para la que laboraban, de la forma más arbitraria que se pueda imaginar, es de mencionar que de ese número, solo 16 mil se mantuvieron en pie de lucha permanente, dando la batalla y sin doblegarse ni resignarse ante semejante atropello. Éstos resistieron todo tipo de presión y amenazas, de un descrédito y hostigamiento constante ejercido sobre ellos. Algunos fueron a dar a la cárcel, quienes aún permanecen injustamente recluidos ahí, nada más por oponer esa férrea y enérgica resistencia.