Martín Esparza / Contralínea
Apenas a unas semanas de publicadas las leyes secundarias de la reforma energética, su contenido se ha transformado en una verdadera caja de desagradables sorpresas para todos los mexicanos. La llamada Ronda Cero ha contradicho la transparencia que debería permear desde un primer momento a los nuevos ordenamientos, pasando por alto el informar a detalle a la sociedad sobre las áreas de explotación y exploración que quedarán en manos de Petróleos Mexicanos (Pemex), antes de que se inicie en la Ronda Uno el reparto de nuestros hidrocarburos a los inversionistas nacionales y extranjeros, estando a su disposición seis cuencas potenciales de crudo y gas de lutitas.

En su artículo 15, la Ley de la Industria Eléctrica establece: “el Estado ejercerá el control operativo del Sistema Eléctrico Nacional a través del Cenace, quien determinará los elementos de la Red Nacional de Transmisión y redes generales de distribución que corresponda al mercado eléctrico mayorista, los demás elementos de estas redes podrán ser operados por los transportistas o distribuidores, sujetándose a la coordinación del Cenace. El Cenace determinará las asignaciones de responsabilidades y procedimientos de coordinación con los transportistas y distribuidores a fin de ejercer el control operativo del Sistema Eléctrico Nacional.