Vecinos trabajando
Laura Herrejón
Luz sin fuerza
Laura Herrejón
Luz sin fuerza
Al tomar CFE el control del suministro de energía en el Distrito Federal y estados del Centro, muchos usuarios (entre ellos yo) lo celebramos, ya que estábamos hartos del malo y caro servicio que brindaba Luz y Fuerza del Centro.
Sin embargo, la capacidad de respuesta y eficiencia de CFE se puso a prueba hace unas semanas cuando se presentaron lluvias constantes por varios días, dejando sin servicio eléctrico un gran número de colonias en el DF y estado de México.
El daño ocasionado fue serio y el personal de la Comisión Federal de Electricidad trabajó a marchas forzadas, restaurando el servicio en algunas zonas, pero en otras más los vecinos estuvieron sin luz por varios días.
La emergencia dejó ver deficiencias en el servicio, tanto en la recepción de las quejas como en la atención de las mismas.
Colonias en la parte baja del Ajusco, en el Oriente y otras más sufrieron por la lentitud en la atención a sus demandas. A mi también me tocó estar a oscuras y por tres días tuvimos que echar mano de veladoras y linternas.
Al principio tomamos con filosofía la falta de energía en casa, convencidos de que había casas y colonias que estaban en peores condiciones que nosotros, por lo que decidimos tomarlo con calma. Así ante la falta de televisión, computadora y videojuegos, volvimos a descubrir el encanto de cenar a la luz de la velas y platicar por un buen rato.
Sin embargo después de 72 horas, el refrigerador y la falta de agua nos volvió a la realidad: necesitábamos la energía eléctrica y ya habíamos sido demasiado pacientes.
Varias veces llamé para dar seguimiento a mi reporte y cada vez que lo hacía pedían información diferente y terminaban cambiándome el número de folio, con lo cual se perdía “la antigüedad” del reporte, terminando siempre la llamada diciendo que “en breve pasaría la cuadrilla”.
Cerca de la medianoche del tercer día escuchamos ruidos frente a la casa y descubrimos que era la tan esperada cuadrilla ¡tocando el timbre en una casa que reportó no tener luz!
Bueno, eso fue el principio, lo bueno vino cuando el “ingeniero” dio instrucciones a sus dos ayudantes de revisar mi registro de luz y se fue a la camioneta porque llovía y hacía frío.
Los ayudantes eran dos simpáticos jóvenes chiapanecos quienes no alcanzaban el medidor y pidieron un banquito.
Me preocupó verlos manipular el registro eléctrico a oscuras y les ofrecí apoyarlos con una linterna mientras ellos revisaban los daños. Me pareció increíble que quienes acudían a solucionar la falta de energía eléctrica no contaran con la herramienta necesaria y sólo llevaran como herramientas un desarmador bastante deteriorado, cinta de aislar y una pinza para cortar cable.
Finalmente ¡volvió la luz! Sin embargo el suministro ha sido muy deficiente los últimos días.
La luz va y viene o el voltaje es muy bajo. La CFE tiene un reto y este es brindar un servicio de calidad.
Sin embargo, la capacidad de respuesta y eficiencia de CFE se puso a prueba hace unas semanas cuando se presentaron lluvias constantes por varios días, dejando sin servicio eléctrico un gran número de colonias en el DF y estado de México.
El daño ocasionado fue serio y el personal de la Comisión Federal de Electricidad trabajó a marchas forzadas, restaurando el servicio en algunas zonas, pero en otras más los vecinos estuvieron sin luz por varios días.
La emergencia dejó ver deficiencias en el servicio, tanto en la recepción de las quejas como en la atención de las mismas.
Colonias en la parte baja del Ajusco, en el Oriente y otras más sufrieron por la lentitud en la atención a sus demandas. A mi también me tocó estar a oscuras y por tres días tuvimos que echar mano de veladoras y linternas.
Al principio tomamos con filosofía la falta de energía en casa, convencidos de que había casas y colonias que estaban en peores condiciones que nosotros, por lo que decidimos tomarlo con calma. Así ante la falta de televisión, computadora y videojuegos, volvimos a descubrir el encanto de cenar a la luz de la velas y platicar por un buen rato.
Sin embargo después de 72 horas, el refrigerador y la falta de agua nos volvió a la realidad: necesitábamos la energía eléctrica y ya habíamos sido demasiado pacientes.
Varias veces llamé para dar seguimiento a mi reporte y cada vez que lo hacía pedían información diferente y terminaban cambiándome el número de folio, con lo cual se perdía “la antigüedad” del reporte, terminando siempre la llamada diciendo que “en breve pasaría la cuadrilla”.
Cerca de la medianoche del tercer día escuchamos ruidos frente a la casa y descubrimos que era la tan esperada cuadrilla ¡tocando el timbre en una casa que reportó no tener luz!
Bueno, eso fue el principio, lo bueno vino cuando el “ingeniero” dio instrucciones a sus dos ayudantes de revisar mi registro de luz y se fue a la camioneta porque llovía y hacía frío.
Los ayudantes eran dos simpáticos jóvenes chiapanecos quienes no alcanzaban el medidor y pidieron un banquito.
Me preocupó verlos manipular el registro eléctrico a oscuras y les ofrecí apoyarlos con una linterna mientras ellos revisaban los daños. Me pareció increíble que quienes acudían a solucionar la falta de energía eléctrica no contaran con la herramienta necesaria y sólo llevaran como herramientas un desarmador bastante deteriorado, cinta de aislar y una pinza para cortar cable.
Finalmente ¡volvió la luz! Sin embargo el suministro ha sido muy deficiente los últimos días.
La luz va y viene o el voltaje es muy bajo. La CFE tiene un reto y este es brindar un servicio de calidad.