Federico Arreola
09 de August, 2010
La semana pasada se realizó, en la Ciudad de México, una marcha de periodistas. Leyendo la columna de Carlos Marín, en Milenio, me entero sin sorpresa (Marín es un calumniador, y son normales sus mentiras) de que el director editorial de Milenio culpa a Andrés Manuel López Obrador y al SME de haber colgado, en el Paseo de la Reforma, una manta para agredir a los comunicadores que por ahí pasaban.
La manta aludida decía lo siguiente:
"Peligrosos seudoperiodistas, integrantes del Cártel (desinformativo) del MILENIO y asociados. RECOMPENSA El bienestar de millones de mexicanos...".En la manta aparecían las fotos de Pedro Ferriz de Con, Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín y Pablo Hiriart.
No estoy de acuerdo con el contenido de esa manta. No me gusta que se ofenda a nadie, ni siquiera a Marín y Ciro a los que, por muchas razones, no respeto.A mí me acusan de no ser objetivo porque abiertamente milito en el movimiento de resistencia de Andrés Manuel López Obrador. No lo soy, claro que no. Pero creo que actúo con honradez al admitirlo.No es el caso de los mencionados en la manta, que quieren pasar por objetivos cuando no lo son.
Ciro y Marín claramente favorecen con su trabajo periodístico al PAN y al PRI, sobre todo a Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. No solo eso, Ciro y Marín se han especializado en agredir y calumniar a Andrés Manuel López Obrador. Serían más honestos, y sus lectores lo agradecerían, si admitieran que trabajan para un específico proyecto político. No lo hacen y se ven mal, pero no engañan a nadie.
Hiriart, aunque también llega a presumir una objetividad de la que carece, es más honrado al exhibir con absoluta transparencia sus nexos estrechísimos con Carlos Salinas de Gortari. El que lo lee sabe con certeza que él invariablemente trata de acomodar las cosas para beneficiar a Salinas. Es su derecho, y está bien.
Ferriz, el más decente de los cuatro, abiertamente declara ser un periodista de derecha que detesta a López Obrador. Se le agradece la sinceridad y, desde luego, habrá que debatir con él con toda seriedad.
Profesional de la calumnia, Carlos Marín al criticar la manta contra él y los otros tres periodistas, de plano culpó a López Obrador y al SME de haberla colgado en la avenida Reforma. Sin pruebas, desde luego. Es decir, a lo pendejo. Como es él. Ni hablar.
Después de esa mentira, Marín elogió a otros dos o tres periodistas que descolgaron la manta y la entregaron a la policía.
Qué mal se vieron los periodistas haciendo eso. Se exhibieron como poco tolerantes, nada libertarios, coléricos. Si lo que defienden los comunicadores es la libertad de expresión, debieron haber dejado la manta donde estaba. Y ya.
Sí, lo que la manta expresaba era una estupidez. Pero fue más estúpido que los paladines de la libertad de expresión la quitaran. Mostraron ser exactamente lo que son: pobres periodistas que día a día pierden credibilidad.
Fuente: sdpnoticias.com