“Tenemos que dar a conocer cómo el gobierno federal está incumpliendo con los convenios internacionales que establecen los derechos de los trabajadores, para que la comunidad internacional se dé cuenta de que México no es el país de fantasía que el presidente Felipe Calderón sale a decir hacia afuera.”
Es con estas palabras que Fernando Amezcua, secretario del exterior del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), conmemora la realización de la jornada de solidaridad que se está desarrollando en todo el mundo para presionar por el respeto a la libertad sindical y el derecho de asociación en México. Desde el 14 de febrero se han registrado acciones de protesta en las representaciones diplomáticas mexicanas ubicadas en más de 35 países.
“Nuestra pelea es la única que no nos podemos permitir perder”, continúa el dirigente. “Es la única que no podemos darnos el lujo de ser derrotados.”
La pelea a que se refiere Fernando Amezcua, más allá de la lucha nacional de los trabajadores mexicanos por el cumplimiento de sus derechos, dice respecto a la resistencia del SME contra las embestidas del gobierno de Felipe Calderón y del sistema económico que él representa y defiende.
El Sindicato Mexicano de Electricistas fue fundado en 1914, en medio del proceso revolucionario iniciado cuatro años antes, para representar a los trabajadores de la entonces llamada Mexican Light & Power, compañía de capital canadiense que a comienzos del siglo XX era la responsable por realizar los servicios de instalación y suministro de energía eléctrica en el país. A lo largo de los años, la empresa pasó por muchas transformaciones hasta que, en el año de 1960 fue nacionalizada por el gobierno federal –proceso que fue concluido totalmente treinta años después–.
Una vez administrada por el Estado, la Mexican Light & Power pasó a llamarse Luz y Fuerza del Centro, en referencia a su área de actuación geográfica: la zona centro de México, lo que incluye al Distrito Federal, la región más poblada y económicamente más pujante del país. En total, Luz y Fuerza del Centro (LFC) se quedó con la incumbencia de atender a las necesidades eléctricas del 1% del territorio nacional ó 20.539 km2. Parece poco, pero en el sigo XXI esta pequeña porción de México tiene una concentración poblacional de 2,5 mil habitantes por km2 y es la responsable por el 34% de la producción de riquezas del país. Por ello, el 27% de toda energía eléctrica producida por las usinas mexicanas se dirige a la zona centro.