Juzguemos a los jueces que impusieron a Peña Nieto

Nacional - Sábado, 01 de septiembre de 2012

En el 2006 , el Tribunal del Poder Judicial de la Federación le asestó a México la puñalada de validar la elección que sabía fraudulenta a cargo , entre otros muchos personajes siniestros, de Elba Ester Gordillo, coronada por Carlos Salinas reina vitalicia del Sindicato de Trabajadores de la Educación , SNTE , quien fue la operadora determinante  del fraude  electoral. Envió a cada casilla dos profesores del SNTE para manipular los votos en favor de Calderón. El modus operandi fue explicado con precisión por el entonces famoso subcomandante Marcos en el periódico “La Jornada” y eso que no apoyó , como  tampoco lo hizo Cárdenas, a Andrés Manuel López Obrador. Otro gallo cantaría si lo hubieran hecho. La Gordillo recibió por sus servicios a los foxprianistas,  desde la Lotería Nacional hasta un partido político, llamado popularmente el PAÑAL (por lo que carga).

Una  de las consecuencias demoledoras para México del fraude de 2006 se dio muy  pronto. Calderón resentía y temía los embates de los 15 millones de ciudadanos que votamos por AMLO ese año  (ahora fuimos más) y nos  sentíamos burlados, cuando vino a negociar  su amigo y jefe , George W Bush, para uncirlo a su carro bélico . Le propuso la narcoguerra, el Plan México, hijo del Plan Colombia, camuflado con el nombre de Iniciativa Mérida. Imaginemos un diálogo entre este par :“Resulta, vas a ver. Yo estaba como tú cuando le robé la elección a Gore, me sentía débil e impopular hasta que se nos ocurrió lo de las Torres Gemelas y la guerra de Iraq   y  ya  viste,  hice lo  que  quise  inventando  lo  de  las  armas escondidas. Hasta  me  dejaron  a  gusto  destruir  al país de  nuestro  exsocio Hussein ”.

Durante su campaña jamás le preocupó a Calderón el narco, jamás mencionó palabra al respecto. Pero no le disgustó  la idea de convertirse en napoleoncito y hasta vistió a su hijo de militar. Sólo que el  pueblo mexicano no es el gringo y nada más algunos analfabetas políticos creyeron en sus buenas intenciones. Militarizó a México sin consulta alguna, porque le Congreso de las “muñecas” por lo visto antes y hoy mismo es una plasta  apoyadora del presidente en turno con muy pocas  voces decentes. Sabemos y padecemos  el resto de la historia y la consecuencia actual: El regreso del PRI, edificado por el PRIAN, sobre más de 90 mil cadáveres desconocidos que ya no cuentan ni se cuentan.

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